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martes, junio 17, 2008

"DOCUMENTAL Y DEMOCRACIA" Carta de Patricio Guzman

El siguiente documento es una carta enviada desde Paris (Francia) por Patricio Guzman. Llego a mis manos gracias a los amigos de El Vicio Producciones (los chilenos, no los bogotanos). Me parecio interesante y me gustaria compartirla con uds el día de hoy...

DOCUMENTAL Y DEMOCRACIA

Si un director de documentales resuelve hacer una película sobre el
movimiento palestino Hamás y para hacerlo recibe subvenciones o recursos
económicos de varias cadenas de televisión de Estados Unidos o Europa
(dinero público o privado) está en pleno derecho de filmar el proyecto
cinematográfico que ha concebido sin tener que dar explicaciones a nadie
y menos ser acusado de malversación de fondos, agredido, humillado y
encarcelado como le ha ocurrido a la cineasta chilena Elena Varela por
filmar a los indios mapuches, que no poseen ni remotamente las armas y
las ideas de Hamás

Esta misma libertad de imagen vale para los documentalistas que están
haciendo películas sobre Afganistán, Córcega, Georgia, Irak, Bolivia,
Bélgica, Chechenia, Líbano, Tibet, Cachemira y muchos otros lugares
donde existen movimientos de reivindicación nacionalista, ya que el
papel del cineasta que hace documentales es filmar la realidad
cualquiera que ella sea.

El Estado chileno aplica una ley antiterrorista heredada del régimen de
Pinochet para meter en la cárcel a Elena Varela por hacer una película
documental que denuncia el robo de tierras y los malos tratos de que han
sido víctimas los mapuches desde la creación de la República de Chile y
antes por los españoles. La operación es sostenida por un gobierno débil
que no hace nada; deja que las cosas continúen adelante haciendo oídos
sordos.

Hace dos años la policía mexicana golpeó, robó, vejó sexualmente,
encarceló y después expulsó del país a otra documentalista chilena,
Valentina Palma, por estar filmando la represión policial en una comarca
cerca de la capital. En aquella época encontré personalmente a la
ministra de cultura, Paulina Urrutia, mientras acompañaba a la
presidenta en la ciudad de Madrid. Le entregué un sobre con todos los
antecedentes del caso, pero no pasó nada. El gobierno de Chile no pudo
reclamar nada al gobierno mexicano. ¿Ahora pasa lo mismo con Elena
Varela? ¿Quién tiene las pruebas de que Elena Varela es asaltante de
bancos o guerrillera como dicen las autoridades de la justicia? ¿Por qué
se la mantiene presa e incomunicada? ¿Por qué la policía actúa como si
detrás del documental de Elena Varela se escondiera un complot de
alcance nacional? ¿Es que en los profundos bosques mapuches se oculta un
ejército de liberación que está preparando el asalto a Santiago? ¿Cómo
es posible que la policía use las imágenes de Elena Varela para acusar
más tarde a los participantes del documental como delincuentes? ¿No
tienen ellos derecho a expresar sus ideas?

Todo ello deja al desnudo una alarmante falta de libertad de expresión,
revela unos procedimientos de la justicia y unas fuerzas del orden
público que usan métodos propios de una dictadura y no las vías de un
país democrático. ¿Cómo es posible que no seamos capaces de terminar con
las conductas dictatoriales en un país que se considera moderno y
dinámico, soberano y con un estado de derecho? Me indigna que esto
ocurra en mi país; mi indigna como cualquier demócrata en cualquier
parte del mundo. Me sumo a las exigencias de mis colegas cineastas:
libertad para Elena Varela y la devolución de su material.

Patricio GUZMAN
París, 30 de mayo 2008