Energumeno... para dar y convidar.

jueves, diciembre 14, 2006

"Empiecen a pensar como bandidos"

Aqui les dejo esta joyita de pachito.





"Empiecen a pensar como bandidos"...
Este es un mensaje que acaba de ser entregado a toda la Nación, a través de
un medio masivo de amplia cobertura nacional como El Espectador.
El autor del llamamiento a los colombianos no es Jorge 40 ni Berna. Tampoco
es de la película Rosario Tijeras o similares. No hace parte del testamento
de Pablo Escobar ni es una orden de Jojoy. Ni siquiera es una exhortación de
los políticos que están en el coge-coge actual o de algún entusiasta
revoltoso desde la clandestinidad.
El mensaje, el llamamiento, la orden hecha al país: "empiecen a pensar como
bandidos" ha salido del alto Gobierno, del Ejecutivo, del Poder llamado a
trazar el ejemplo de hacia dónde debemos conducirnos los colombianos.
¿Qué podemos pensar si es el Vicepresidente de la República, Francisco
Santos, es quien hace semejante convocatoria nacional?
"Empiecen a pensar como bandidos" y otras joyas de quien ostenta el puesto
de sucesor del Presidente de la República en caso de fuerza mayor, las
encontrarán en el siguiente archivo de El Espectador:
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=3191
Si no creen, miren:
:: POLÍTICA::



Para el vicepresidente Francisco Santos, su objetivo es trabajar hasta 2010,
sin pensar en candidaturas a la Alcaldía o a la Presidencia.
Gabriel Aponte - El Espectador

Calificaciones:33

Entrevista con el vicepresidente Francisco Santos Calderón
“Muchas veces el Presidente tiene una ingenuidad que da rabia”

El Vicepresidente Francisco Santos dice que el Gobierno no está tendiendo
cortinas de humo en el escándalo de la ‘parapolítica’ .
Hugo García Segura





sábado, 09 de diciembre de 2006

En medio de la tormenta política por los develados nexos entre políticos
uribistas y paramilitares y la lluvia de escándalos por casos de corrupción
en algunas entidades oficiales, el vicepresidente Francisco Santos Calderón
dice que no se siente en una encrucijada, que sigue firme al lado del
presidente Uribe y que el Gobierno lo único que quiere es que se destapen
todas las ollas podridas para construir un nuevo país.
P. ¿Hasta dónde va a llegar esto de la ‘parapolítica’?
R. Hasta las últimas consecuencias. El presidente Uribe lo dijo bien claro:
queremos la depuración total del Gobierno, de la justicia, del Congreso...
no queremos que esto se quede a media marcha. Vamos a llegar al fondo,
además porque todo esto surge de una manera distinta a otros escándalos,
como el proceso 8.000. Surgió de un proceso de paz, de un proceso de
desmovilización, de un marco legal y de una iniciativa y una acción del
Estado. El Presidente ha sido siempre coherente en su intención de recuperar
la institucionalidad del Estado, que se había perdido en todas las regiones.
P. ¿No es preocupante el hecho de que todos los involucrados sean del
uribismo?
R. No tiene por qué preocupar. De lo que se trata es de la clase política
regional sometida al poder armado, el cual, para reproducirse, se pegaba al
que iba a quedar en el nivel nacional. Lo que estamos viviendo hoy es una
gran oportunidad de pasar esa página y construir un Estado fuerte,
garantizándole a la gente seguridad y tranquilidad.
P. ¿Nunca supo de reuniones de cuadros uribistas con ‘paras’, en la campaña
de 2002?
R. Nunca. XXXLlevo cuatro años y medio con el Presidente y sé que cada que
vez le hablaban algo de paramilitarismo, inmediatamente brincaba, cogía el
teléfono y destituía.
P. ¿Qué pasó con lo de Jorge Noguera y con Raúl Montoya?
R. El Presidente pecó por ingenuo, porque muchas veces tiene una ingenuidad
de esas que dan rabia. Hay que entender el carácter de Uribe.
P. Cuesta trabajo creer que el Gobierno no sabía qué estaba haciendo el jefe
del departamento de inteligencia...
R. Yo no tenía ni idea y lo que siento con Noguera es rabia. No puede ser
que mientras el Presidente y yo nos la estábamos jugando por él, por debajo
nos estuviera quitando el tapete. Por eso, si la justicia le comprueba algo,
que lo pudran en la cárcel.
P. Hablando de responsabilidad política, ¿cómo ve lo de la canciller María
Consuelo Araújo?
R. A la Conchi hay que juzgarla por su trayectoria. Está pasando un trago
muy amargo que no se merece, porque es una mujer seria, profesional,
preparada, de carácter y con una trayectoria impecable.
P. Eso no se discute, pero ¿y la responsabilidad política?
R. Lo único que no se escoge en la vida es la familia. Es lógico que existan
lazos afectivos, pero uno responde es por lo de uno y sé que para ella es
bien doloroso.
P. Si el Gobierno habla de verdad, ¿no deberíamos comenzar por saber qué fue
lo que se pactó con los paramilitares?
R. Somos los primeros que queremos ver el tal documento que firmaron algunos
políticos con las autodefensas. Yo no tengo ni idea de quiénes lo firmaron y
lo que pedimos es que se conozca de una vez. El Gobierno está empeñado en
apoyar la labor de la Corte Suprema y la Fiscalía para que esto sea
absoluto. Esto no es una crisis, sino una gran oportunidad para voltear y
cerrar definitivamente la página de narcotráfico, grupo armado y política.
P. Lo del documento es una cosa y lo de los acuerdos en el proceso de paz
con las Auc, otra. ¿Por qué dicen que el Gobierno les incumplió?
R. No ha habido incumplimiento del Gobierno. Lo que pasa es que ellos
pensaron que porque el objetivo común era la lucha antisubversiva, el
Presidente era uno de ellos. Y se equivocaron porque nunca lo ha sido. El
presidente Uribe es un institucionalista. La cañería se está destapando y
que se pudran todos los que se metieron en ese enredo.
P. En el traslado de los jefes ‘paras’ de La Ceja se habló de planes de fuga
y asesinatos, ¿por qué no sacarlos de la Ley de Justicia y Paz?
R. El Presidente quiso evitar que sucediera lo que sucedió en épocas
anteriores. Por eso los mandó a la cárcel. Ahora le toca a la Fiscalía dar
resultados en lo de la judicialización.
P. Pero es que en el proceso con los paramilitares existe el problema de que
son pocos los judicializados y, de los líderes, sólo Mancuso se ha acogido a
la Ley de Justicia y Paz...
R. Lo que entristece es que la Fiscalía diga que sólo unos pocos están
judicializados, cuando ellos son los que los tienen que judicializar. ¿Cómo
es posible que el tal McGuiver y una gran cantidad de gente no tengan
absolutamente nada? ¿Qué le pasó a la Fiscalía? A ella es la que le toca
comenzar a desenredar el ovillo.
P. ¿Y por qué no comenzar a desenredar exigiéndole al ex director del Inco,
Luis Carlos Ordosgoitia, que cuente la verdad y diga quiénes estuvieron en
reuniones con los ‘paras’?
R. Creo que lo va a llamar la Fiscalía para que cuente todo.
P. ¿No es preocupante que Gustavo Petro sea el que salga a pedir seguridad
para los jefes de las Auc y sus familias?
R. Pues ya que está tan generoso, digámosle a Petro que nos preste uno de
los 17 carros blindados que tiene para proteger a la familia de Mancuso.
P. Hay quienes hablan de cortinas de humo para evitar confesiones que pueden
comprometer al Gobierno...
R. Todo lo que está pasando, lo de las relaciones de políticos con
paramilitares, estaba previsto desde hace dos años. Y todavía faltan muchas
otras cosas, porque yo sí quiero saber cómo fue el tema de la captura del
sector salud y los municipios, los departamentos y las regalías. Necesitamos
depurar todo, no queremos que quede nada oculto. Lo que sí preocupa es una
cosa que le escuché esta semana a Julio Sánchez, y es que los medios de
comunicación se dejen utilizar en campañas que lo único que buscan es
ponerles palos en la rueda a las investigaciones.
P. ¿Se refiere a las conversaciones de gente cuestionada judicialmente en
las que mencionan magistrados de la Sala Penal de la Corte?
R. Es de la mínima esencia de los periodistas, y de alguien tan responsable
como Julio Sánchez, que si les llega una grabación piensen por qué les
llegó, quién la mandó y qué objetivo tiene. Lo que se busca es arrinconar a
la Corte y lo que se necesita es responsabilidad de los medios.
P. Pero el rumor es que eso se está promoviendo desde el mismo Gobierno...
R. El país debe tener la absoluta tranquilidad de que el Gobierno no le va a
poner un palo en la rueda a esta investigación.
P. ¿Y quién puede estar detrás de esa campaña?
R. Mucha gente que de pronto piensa que va a salir involucrada más adelante.
P. ¿Congresistas?
R. No puedo afirmar eso, pero sí que hay mucha gente que tiene rabo de paja
y que piensa que los medios, con el síndrome de la chiva que tienen, sacan
lo que sea. Por eso lanzo mi voz de alerta para que empiecen a pensar como
bandidos, porque los bandidos muchas veces utilizan las debilidades de la
prensa para protegerse, para acusar a otros y desviar investigaciones, para
generar un escándalo mayor y tapar el real.
P. ¿Por qué la percepción general es que hay más corrupción: Invías,
Cajanal, Incoder, etc.?
R. No creo que exista esa percepción. Lo que pasa es que aquí no tapamos
nada. La orden del Presidente es que al menor indicio de alguna
irregularidad, hay que salir a poner la cara, hay que denunciar, hay que
actuar. Esa ha sido la actitud desde el principio, algo que en gobiernos
anteriores no se hacía y se prefería arreglar las cosas a escondidas,
pidiendo la renuncia calladamente y ya. Ahora, ¿quién se iba a imaginar que
el señor Mauricio Ramírez iba a acabar en eso? Yo tengo una desilusión
inmensa de que una persona con esa trayectoria hubiera terminado así su
carrera en lo público. Y debo decir que estamos investigando para mirar de
fondo todos los detalles y que esto no sea solamente un tema político, sino
también un tema penal, como ya hay un tema penal en lo de la
Superintendencia de Notariado, que era un tipo que llevaba años allá, se
puso y resultó un bandido. Uno confía, uno nombra y a veces esa gente
traiciona esa confianza.
P. Pero en el caso de Ramírez, eso lo presentaron como una renuncia y hasta
el Presidente salió a defenderlo...
R. No es que lo defienda, lo que pasa es que nosotros no podemos ser jueces.
En Invías estamos mirando contrato por contrato y cuando tengamos más
información, la llevaremos ante la Fiscalía. Tengo la convicción de que allí
hubo malos manejos.
P. ¿Se ha sentido en algún momento en una encrucijada?
R. Nunca. XXXXConozco al Presidente y su claridad frente a temas como los
Derechos Humanos y los paramilitares es tan meridiana que no tengo un
milímetro de duda.
P. ¿La crisis actual no será el síndrome de la reelección?
R. No creo, y pienso que otro gobierno se hubiera pegado una enredada con
todo lo que está sucediendo.
P. ¿Por qué un ultimátum al Eln?
R. Es que han mamado mucho gallo. Aquí ha habido una generosidad del
Gobierno, con sociedad civil y comunidad internacional, y resulta que cuando
se miran los resultados, no se ha avanzado en nada. El Eln parece no tener
claro qué es lo que quiere y está desperdiciando una gran oportunidad
política.
P. ¿Y con las Farc definitivamente se cerraron las puertas al intercambio?
R. Lo que pasa es que las Farc no han leído a Uribe. Para Uribe, abrir una
zona de despeje era un cambio grande y generó todas las condiciones para
poder iniciar un diálogo, pero para las Farc eso fue un signo de debilidad.
No entienden que con Uribe las cosas no son así, que no se le presiona, que
no se deja apretar. Las Farc cerraron la puerta al acuerdo humanitario,
aunque el Gobierno sigue en la misma posición. ¿Quieren eso? Muestren
voluntad.
P. Las Farc están lejos de ser derrotadas militarmente, ¿no es un riesgo
medir el éxito de la seguridad democrática con la captura de sus cabecillas?
R. Eso es sólo un elemento. El éxito de la seguridad democrática es el
control territorial y eso se está viendo en todo el país. Las Farc no están
siendo derrotadas, pero están siendo minimizadas. Esa es la estrategia y el
Presidente ha dicho que la política de seguridad democrática no es un fin en
sí mismo, sino un medio para acabar el conflicto. Yo estoy seguro de que las
Farc y Uribe se pondrían de acuerdo muy rápidamente.
P. ¿Ha pensado en una candidatura a la Alcaldía de Bogotá?
R. Tengo que terminar lo que empecé, no se pueden dejar las cosas a mitad de
camino y estoy jugado con el presidente Uribe, con su gobierno y con lo que
se está haciendo. Eso no sería responsable con la gente que votó por él y
por mí. Ahora, si más adelante hay una oportunidad de algo, pues ya veremos.
P. ¿Y una candidatura presidencial?
R. Eso está muy lejos. Yo nunca he sido un ajedrecista político, no sé
moverme en esos terrenos. Más bien soy ingenuo y a veces bobo. Si me pongo a
hacer cálculos políticos, acabo enredado.