Carta a Don Perez

Sr. Pérez,

Con respecto a algunas de sus propuestas de gobierno, y basándome en particular en lo que usted afirmó el día del debate en la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, quisiera formularle algunas preguntas que me inquietan.

Dice usted que pretende eliminar la medida Pico y Placa de la ciudad de Medellín, argumentando que existen muy pocos vehículos por persona. ¿Acaso no le informaron sus asesores de campaña que, además de disminuir el flujo vehicular en horas pico, la medida Pico y Placa pretende ayudar en la disminución de emisiones de CO 2 (entre otros), gas al cual se le atribuye el aumento de la temperatura global (efecto invernadero)? Por otra parte, si en la ciudad existen tan pocos automotores por persona, no me explico qué sentido tiene crear ese tan ambicioso Segundo Piso Vial, el cual solo acarreará un fuerte endeudamiento a la ciudad.
Ahora, en el afán de disminuir el impacto que genera en los ciudadanos decir que se emprenderá una obra de tal magnitud (creo yo), dice usted que este proyecto será costeado por aquellos que prefieren pagar un peaje, no saludar, ni dar limosnas. ¿Cuenta, usted, con un estudio donde la ciudadanía avale dicho proyecto, o, por lo menos, justifique hacer una inversión tan desmedida, en una ciudad donde la falta de educación, la violencia y el desempleo son problemas más importantes?

Podría entonces afirmar que contra la falta de educación usted pretende crear más colegios, a donde los niños pueden asistir para aprender algún oficio, previo retiro del colegio (según sus propias palabras). ¿Significa esto que subvalora usted la capacidad intelectual de los niños y jóvenes que viven en las comunas, y por ellos pretende disminuir significativamente las oportunidades de educación que les son ofrecidas? ¿Acaso no cree usted que una profesional tiene más oportunidades de salir adelante que un joven que se dedicó a ensamblar computadores, porque no le fueron dadas las oportunidades de acceder a educación superior de calidad? Ahora bien, incluso si se partiese del supuesto de que su propuesta fuese una buena opción para la ciudad, ¿no cree que sería más económico implementar programas de educación técnica en los colegios e instituciones ya existentes, en vez de derrochar dinero en la construcción de nuevos centros, incluso después de que en la actual administración se están construyendo varios? Realmente no comprendo cómo dice usted que hablar de universidad es hablar de clasismo, cuando existen universidades públicas de excelente calidad, además del Servicio de Educación Nacional.

Bueno, algo está casi claro, a usted no le gusta el clasismo. ¿Podría entonces argumentar su posición frente a un segundo piso vial donde no se dan limosnas? Esta afirmación da a entender que usted pretende aislar a los limosneros de la clase que está en capacidad de andar en carro por un segundo piso vial, pagando peaje al interior de la ciudad. Señor Pérez: si esa expresión no es clasismo puro, entonces por favor defina, en sus palabras, clasismo.

Para terminar, quisiera hacerle saber mi opinión sobre su campaña. En principio, no puedo negar que es una campaña impactante: Los servicios públicos más baratos de Colombia , Internet para todos, un computador en cada hogar y el Segundo piso vial. Claro, con vallas enormes por toda la ciudad diciendo todo esto, usted ha logrado ganar adeptos que, lastimosamente, no comprenden la magnitud de tan opulentos sofismas; es claro que lo que pretende es una campaña de alto impacto. No niego, por otra parte, que lo que promete no lo vaya a cumplir, claro que no; pero si me preocupa, como ciudadano, el origen de los dineros para cubrir estos gastos que poco favor le harán a la ciudad. ¿No piensa que crear más trabajos lograría que todos los trabajadores tuviesen cómo pagar los servicios públicos? Esto evitaría seguir educando a la gente en una cultura de la limosna socialista (todo debe provenir del gobierno), además que evitaría poner en peligro a una de las empresas más importantes de Latinoamérica (eso, o acabar con el bolsillo de los que pagamos impuestos).

Angustioso y preocupado, quedo a la espera de una respuesta.

Atentamente,


Otro ciudadano enajenado.