la vision de mi amigo sobre estoss dias tristes
Bogotá, ColombiaMiércoles 18 de mayo de 2005
Bogotá está cubierta en este momento por muchas nubes grises. Las calles delcentro de la ciudad tienen rastros de la lluvia que ha caído en los últimosdías. El día de hoy es la mitad de lo que fue esta semana y lo que será elresto de ella. Poder hablar de lo pasado puede también tener el sabor de loincierto, no se sabe si vivió como se supone que se hizo y frente al futuro,la respuesta es la misma. De él no se sabe, porque no se tiene claro ytampoco se sabe si se tendrá. Las opciones de vida se han marcado por el inicio y el fin. Nacemos para nomorir y morimos para nacer (¿hacia la eternidad?). Frente a lo que hay comoopción de entrega hay quienes vas más allá de lo que se entiende por elfluir hasta el fin natural, quienes toman la opción de irse y dejar lo quese hizo - o también destruir ese legado - . No soy quien deba juzgar elabandono o el apego a la vida, hago parte de ella, y algún día también noestaré. Por lo que me corresponde hablar, si mi intensidad la entiendo comomi aprecio a la vida y a las cosas con las que ella me han mantenido, he dereferirme a la música como fuente de esa intensidad. He de decir que desdeniño, me impactaron artistas y canciones y siendo ya un adolescente algunosaprecios fueron tomando mejor forma.Uno de ellos es el de la banda Joy Division, banda que vivió y sobrevivió dela hecatombe y euforia punk, proyectándose en el espectro musical de losúltimos 25, 26, 27 ó 28 años como una de las más decididas bandas, quienestal vez sin quererlo, estaban escribiendo música más allá de lasconvenciones tradicionales de lo que se ha entendido como nuevo ovanguardia. Joy Division sólo existió tres años, inclusive tuvieron quecambiar su nombre de Warsaw por motivos de existencia previa de una bandacon ese nombre registrado.Conocí esta banda hacia 1987 ó 1988, siendo aún estudiante de colegio. Conalgunos conocidos o amigos de la época, empezábamos a buscar música yreferencias de información que no fueran lo mismo que se escuchaba por todoslos canales de radio o televisión local. Las oportunidades para ello eranlimitadas. No se conseguían del todo sus discos y escasemente se conocían enla ciudad. La Calle 19, del centro de Bogotá, albergaba un mercado musicalindependiente, donde algunos personajes iban a otras ciudades y países parasurtir el deleite sonoro de aquellos que querían la diferencia. Joy Divisionera una de las bandas más buscadas, a la par de The Cure, New Order, DepecheMode, Siouxsie and the Banshees y otros más. Los pocos que tenían esosdiscos, no eran precisamente aquellos que uno podría conocer de una buenavez. Esa época underground bogotana aún puede ser que exista, algunos de susprotagonistas siguieron viviendo sus vidas y otros las que les terminótocando vivir.El tiempo ha pasado y a través de los años fui viendo en Joy Division unabanda de esas que quien sintió la apreció y quien la vino a tomar tiempodespués, tal vez llegó tratando de descifrar aquello que no tiene nombredefinido. ¿Cómo puede decirse que ha de sonar una banda con cuatro tipos queescribieron música con el compromiso de sentirla? Aparte de saber que fueronun par de discos y sencillos los que publicaron y que Factory Records losalbergó, al igual que lo hizo con otros amigos musicales de Manchester. JoyDivision fue la banda que mostró tanto Manchester como el alegre desencanto.Ian Curtis ya no está con nosotros, Ian Curtis dejó la tierra el domingo 18de mayo de 1980. Los sonidos de su voz, quedaron plasmados en sus dosdiscos, en canciones que aún me abren los sentimientos como la pasión, la(des)esperanza, la melancolía. Los sencillos en vinilos, las edicionespiratas de conciertos en ciudades de Alemania, Francia, Inglaterra oBélgica.Su vida, compartida con Bernard, Peter, Stephen, su bebita, su esposaDeborah y la belga llamada Anouk Aimée. La epilepsia que portaba en sucuerpo y que en algunas presentaciones se le manifestaba, y cuando él semovía, sus brazos se movían como un rotor, el cual debía entonces darle laemoción de sentirse vivo. Sus brazos, como aspas, desafiaban el ordennatural de esa presentación. Canta Ian lo que siente, lo que sueña, lo quele gustaba, sus pasiones, sus desengaños, le canta a lo que no puedealcanzar, o tal vez ya estaba tan lejano y tan alejado de las personas quelo conocían o de la vida misma que lo único que nos podía dejar era sumúsica.Tal vez la situación emocional en la que se encontraba era la que lo hacíasentirse de esa manera.Una situación en la cual una serie de personas como él describen encanciones tan duras, pero tan emotivas como "Atrocity Exbition", tanexasperadas como "A Means to an End", tan melancólicas como "Decades" o tanviolentamente pasivas como "She´s lost control". Joy Division se alistaba para ir a Estados Unidos. Se hablaba de una giraposterior con Tuxedomoon. Ni lo uno ni lo otro sucedió, pero no es motivopara saber que la historia si bien no se escribió como se pensaba, no tomóel rumbo de hacerse historia afectiva. Sea en Bogotá, Lima, Caracas,Toronto, México D.F. Tijuana, Montevideo, Londres, Manchester, Berlín,París, Barcelona, Medellín, Bucaramanga, Buenos Aires, Nueva York o donde lamúsica tiene que sonar.
por mi amigo Pepe Plata.
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